El señor Bagen en WFS sabe la importancia de esto y de cara a los clientes, más que proyectar un concepto de profesionalidad, lo que se hace es esconder las deficiencias de las instalaciones, la carencia de organización y los procedimientos de ejecución.
¿Quién mejor que los propios trabajadores para dar fe del cambio de prioridades en las instrucciones que reciben, cuando se comunica la visita de potenciales clientes? Es entonces cuando se pone marcha el lavado de cara a contrarreloj y así dar la mejor apariencia posible. Evidentemente el simulacro solo dura hasta que la visita se marcha, lo que importa es cerrar el acuerdo cuanto antes.
La estrategia puede que funcione, después de todo, es muy difícil que los clientes sean testigos de la realidad en el día a día. Un beneficio a corto plazo para un intermediario como WFS, pero con consecuencias no sólo para los clientes directos, que a su vez prestan servicios a terceros, salpicando la imagen de éstos y usuarios finales que han de tolerar mayores esperas y maltrato a su mercancía.
Entre algunas irregularidades que provocan estos hechos y que representan la verdadera imagen de la empresa, destacan: espacio físico insuficiente, que está formado básicamente por dos zonas: una de almacenamiento y otra como área de trabajo, sin ninguna frontera por supuesto, ambas se solapan. A veces un hueco de unos pocos metros cuadrados son el lugar idóneo, por no decir el único donde almacenar la carga o paletizar un vuelo. La obstrucción generada en este conflicto de zonas, provoca disputas entre los operarios. La falta de espacio también propicia el maltrato de la carga, al intentar agrupar un volumen de género en el menor sitio posible, empujando la carga y remontando a alturas desaconsejadas.
Carencia de personal y herramientas de trabajo: es deber de la empresa proporcionar los medios adecuados y contar con personal suficiente para el desempeño de tareas, la escasez de éstos conlleva a cometer errores por las prisas, largas esperas en la recepción y entregas de mercancías. No son pocos los días que algunos operarios se quedan prácticamente sin ocupación efectiva durante un buen período de tiempo, debido a la falta de carretillas elevadoras. Luego, al intentar cumplir los objetivos exigidos en el menor tiempo posible, se multiplican los fallos.
Procedimientos inadecuados: en este punto probablemente radique uno de los motivos que haga decantarse a los clientes de WFS como una opción acertada. Con unos margenes de tiempo muy ajustados, el cumplimiento de horarios en la preparación, control, carga y descarga de importaciones/exportaciones, exige de rauda ejecución. Se especializan en simplificar el tiempo arrastrando la carga, evitando el recuento y pesaje que confirmen una expedición como correcta y hasta hace poco tiempo atrás, evitando el escáner y revisión de cargas no seguras con el peligro que esto conlleva. Situación que se vieron obligados a cambiar por razones de fuerza mayor, pero que fue lo habitual durante años. Las consecuencias nos remiten a las de los puntos anteriores: más descuidos, más daños a la carga.
Con todo esto y una larga lista de irregularidades se refleja la verdadera cara de esta empresa y la estrategia que sigue el señor Bagen, especializandose en esconder sus realidades, esconder la conflictividad colectiva, las desigualdades, las sanciones, los despidos, las sentencias.
Cuando la situación deje de ser beneficiosa y rentable, cuando busquen responsabilidades y hagan auto crítica, quizás dejen de culpar a la CNT de todos sus males.