Este hecho oculta una problemática profunda que se extiende en muchos sectores del mercado laboral, y es que las mujeres resultamos a ser fuerza laboral poco rentable. Madres potenciales, permisos de maternidad, permisos de lactancia, reducción de la jornada laboral por cuidado de menores o dependientes, concreción horaria, exámenes prenatales, etcétera… son los derechos básicos que compiten directamente con las exigencias del trabajo mercantil y los procesos de flexibilización del tiempo de trabajo y de producción que imponen las empresas.
No hace falta ir muy lejos para entender lo que se quiere decir; en WFS Barcelona la prueba de ello viene recogida en palabras de nuestro jefe de producción que “está hasta el moño de bajas por maternidad y que no se va a contratar a más mujeres”. No sólo es inhumano e incoherente para la cohesión social sino que se trata de discriminación de género en toda regla.
Seguramente el concepto de conciliación de vida laboral y familiar suena a muchos pero ¿qué significa realmente? Significa que no sólo del trabajo mercantil nuestra sociedad está viva. La sostenibilidad de la vida humana se apoya también en otros fundamentos como la vida familiar, mantenimiento del hogar y cuidado de los menores o dependientes, relaciones sociales, etc. En WFS y otras empresas del sector aéreo, los objetivos empresariales como la reducción de costes salariales, disponibilidad horaria adaptándose a la mayor eficiencia y productividad directamente socavan este concepto. Y es precisamente allí, en el mundo construido según el modelo masculino y empresarial, donde las mujeres deberíamos sentirnos incómodas y empezar a reivindicar nuestro lugar.