Esta lamentable experiencia la vivió en su propia piel nuestra compañera Antonia, trabajadora de WFS Barcelona y afiliada a la sección sindical de la CNT en dicha empresa. Una vez acabada la baja por maternidad, se incorporó a su puesto de trabajo solicitando previamente reducción de la jornada laboral y concreción horaria por cuidado de sus hijos menores. Acto lógico y obvio, teniendo en cuenta que uno no puede guardar a los bebés en una caja de zapatos mientras se gana el sueldo para el sustento familiar.
Sin razonamiento ni existencia de causas reales o serias, WFS Barcelona le denegó la concreción horaria, el hecho que fue resuelto mediante la jurisdicción social de forma contundente y a favor de nuestra compañera. Aún a pesar de una sentencia firme, la dirección de la empresa siguió durante 6 meses más con la obstinación ciega de no dar cumplimiento a la sentencia. De forma paralela hemos podido observar el mobbing maternal al que Antonia fue sometida, imponiéndole los horarios que imposibilitaban la compaginación de trabajo productivo con el ejercicio de derecho a la maternidad y guarda legal. Fue la imposición de una multa de 100 euros por día de incumplimiento de sentencia y un toque de atención por parte del juzgado, lo que hizo que la empresa finalmente se bajase del burro.
Quizás el lector y lectora no lo vean así a primera vista pero si se profundiza en el tema, es innegable que la actuación de la empresa en este caso no sólo creó un obstáculo para la compatibilidad de la vida laboral y familiar de la trabajadora sino también un obstáculo para su permanencia en el empleo, y en tal sentido, constituye una discriminación indirecta por razón de sexo en toda regla.
Los afiliados y afiliadas a las secciones sindicales de la CNT insistimos que la protección a la maternidad/paternidad y medidas de conciliación, tanto para mujeres como para hombres, son una condición indispensable para llevar realmente a la práctica el principio de igualdad de oportunidades y de trato entre los y las trabajadoras, especialmente en un área de trabajo como el aeropuerto donde se trabaja 24 horas.
Lamentablemente, más de una vez hemos podido observar cómo se llega a desvirtuar y tirar por el suelo el concepto de reducción de jornada laboral y concreción horaria por cuidado de menores, acudiendo las mamás y los papás a trabajar fuera del horario fijado o realizando horas extraordinarias (como casualmente ha quedado patente durante las jornadas de huelga). ¿No se suponía que una madre o padre solicita la reducción de la jornada laboral y a la par reducción de su sueldo porque necesita dedicar este tiempo al cuidado de sus menores? Estas actuaciones en paralelo con la deficiente gestión de personal por parte de RRHH y los directivos empresariales son un terrible paso atrás para el colectivo y para alguien que realmente lo necesita.
Por lo tanto, es la negociación colectiva y no pacto individual el cauce adecuado para asegurar el derecho a la conciliación, tan necesitada entre los y las trabajadoras del aeropuerto del Prat.