El camino abierto para hacer frente a un problema laboral recurriendo al ejército, pone de manifiesto la verdadera cara de un gobierno que, como todos, no duda en quitarse la máscara democrática cuando no es capaz de controlar una situación, mostrando su incapacidad e ineptitud, al tiempo que deja meridianamente claro de qué lado está el Estado y sus leyes: Del lado de la Patronal.
Para ello mostramos nuestra más rebelde repulsa contra la militarización de los servicios públicos pues supone aceptar que los conflictos laborales queden sofocados por medio del ejército y esto sólo tiene el nombre de DICTADURA.